¿A qué nos enfrentamos en el PRD?

Hola.

Llevo 14 años militando en la Izquierda, específicamente en el PRD. Me ha tocado ver una transformación radical del Partido desde que entré a él, en 1997, hasta el día de hoy. La tendencia a la derechización por parte de algunos grupos y actores a lo largo de éstos años en un Partido de Izquierda la he observado y, aunque en sus principios el Partido se define como de “Izquierda” e, incluso, como “Socialista”, muchas de las posturas actuales indican lo contrario.

Así, tras 14 años de militancia, por primera vez soy candidato a un cargo de representación partidaria. Soy candidato a Consejero Estatal por el Distrito 2 Local, con cabecera en Pachuca Oriente, que geográficamente abarca los municipios de Pachuca Oriente, Mineral de la Reforma y Epazoyucan. Ser Consejero Estatal no es un cargo partidario que amerita remuneración económica alguna, sino por el contrario, solamente es un cargo de representación al interior del partido, con capacidad para incidir en alguna de sus decisiones previo debate en el respectivo Consejo, así como la capacidad para votar candidaturas locales.

Sin embargo, en ésta carrera por ser Consejero Estatal nos enfrentamos a otros grupos, oponentes, adversarios. Sin embargo, muchos de los adversarios cuentan con aparatos corporativos generados desde los apoyos que su propia corriente les otorga, otros aparatos generados desde los recursos “bajados” por los representantes populares electos (o generalmente, plurinominales) que sólo se presentan en sus trabajos para recoger la quincena, o bien otros generados desde Gobierno del Estado para tener un partido dócil, y una Izquierda simuladora.

Pero vengan de donde vengan los apoyos de los adversarios, son apoyos corporativos, que compran el voto y la inconsciencia de los militantes que, muchos apremiados por su necesidad, aceptan dinero o despensas a cambio de su voto  en las elecciones internas. Para el militante que vendió su voto, es totalmente una ganancia, ya que no contaba con ese dinero o apoyo en especie por un voto que ni lo beneficia ni lo perjudica y, por otra parte, gana el que tiene el aparato corporativo, pues sigue obteniendo dádivas del Partido aunque no tenga trabajo territorial, chantajea al resto de los grupos con sus votos comprados para obtener candidaturas y, además, negocia con los adversarios para obtener espacios dentro de los Comités Ejecutivos u otro tipo de prevendas que signifiquen tener un poder (a veces acotado) dentro del Partido.

Nosotros, por el contrario, no tenemos eso. Ni dinero, ni despensas, ni aparato corporativo, ni ganas de construírlo. Tenemos muchas ganas, entusiasmo, y la idea de crear y construir un partido distinto, con una vocación ideológica de Izquierda, Socialista, y con la consigna de tener un partido político a la altura que México necesita para afrontar la grave descomposición social que permea en todo el país.

Sin embargo, las elecciones no se ganan con buenas intenciones, sino con votos. Y nosotros, dado que no tenemos un aparato corporativo (puesto que no somos iguales), no nos queda de otra más que ir a flor de tierra, casa por casa, y gente por gente, tratando de convencerlos, primero, de ir  a sufragar el día de la elección y, posteriormente, que sea por nuestra planilla.

Sabemos (y sabíamos, de antemano) que ésto no será cosa fácil. Tenemos la perspectiva de que vayamos a tocar puertas, y encontrar con una respuesta favorable el día de la elección. Sin embargo, también sabemos y tenemos presente que a lo mejor nos ganan con el poder del dinero, la dádiva, la despensa y el corporativismo.

Pese a ésto, estamos decididos a participar y a hacer nuestro mejor esfuerzo. No hemos necesitado estar en los cargos de dirección del Partido para ser críticos de lo que aquí se hace, ni mucho menos de incidir en las posturas que el Partido ha tomado en distintos temas, pese a la resistencia de las mafias que mal gobiernan el Partido (mal llamadas “corrientes”, o “expresiones”), aunque realmente tener un cargo de representación partidaria hace ésto más fácil (relativamente).

Aunque la experiencia me lo demuestra, quiero pensar que el militante perredista tiene un poco más de consciencia sobre el resto de los militantes partidarios. Y por ende, lograremos convencer a una buena parte de perredistas para que acudan a votar el 23 de octubre por nuestra planilla, la 80, en Hidalgo, y podamos realizar la transformación que el PRD necesita, así como retomar el rumbo hacia la Izquierda, y no a la derecha, como lo hace actualmente.

Veremos qué pasa el 23, y si los poderes fácticos del partido ganan a la opción de cambio en el Partido.

Saludos. Dejen comentarios.

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