Segunda vuelta, doble trampa

Hola.

Antes de que termine su sexenio, Felipe Calderón envía una iniciativa al Congreso de la Unión para que en el sistema electoral mexicano se incorpore la segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Ésto se argumenta con el sistema democrático europeo, el cual los candidatos punteros (digamos, en términos futboleros) clasifican a la final para que, una vez ahí, se decida quién es aquel que tome en sus manos el destino de la nación.

Sin embargo, algo que no mencionan es que, en Europa, mientras que el primer lugar asume las funciones de Primer Ministro, Jefe del Ejecutivo, Jefe de Estado, Presidente Constitucional, o la figura con la que se quiera denominar al cargo, el hecho es que el segundo lugar asume las funciones de líder del Congreso, como jefe activo de la oposición, y donde las cámaras alta y baja le dan un contrapeso importante al poder no absoluto del Jefe de Estado, puesto que el sistema adoptado en Europa es una democracia parlamentaria, y no un presidencialismo pluripotenciario omnipotente omnipresente absoluto. Así, si viviéramos en una Democracia Parlamentaria en México, Enrique Peña Nieto sería el Jefe de Estado, y Andrés Manuel López Obrador, el líder del Congreso.

Sin embargo, ni la iniciativa de ley ni el sistema electoral mexicano tienen algo en común con el sistema europeo. En un país como México, donde se compra el voto con despensas, dinero en efectivo, materiales de construcción, tarjetas Soriana, condicionamiento de programas sociales, amenazas de perder el empleo, y un sinfín de formas más de coaccionar y comprar el voto (situación que no se presenta en las democracias europeas, por cierto), una segunda vuelta en las elecciones significaría todos los intereses oligárquicos y facciosos en contra de una opción distinta.

Hagamos un ejercicio: en la última elección presidencial, Peña Nieto quedó dos millones de votos arriba de López Obrador (ignoremos, por el momento, la forma en la que Peña obtuvo su votación). Si se hubieran ido a una segunda vuelta, considerando el poder de los gobernadores panistas y priístas sumados, el que Calderón (se supo públicamente) pactó con Peña Nieto con tal de no dejar pasar a AMLO, con la compra del voto de PAN y PRI a todo lo que dan, y con Televisa, Milenio, y demás medios de comunicación del régimen en contra, y considerando además que las segundas vueltas en México tienen un nivel de participación menor que las primeras vueltas (no se asombre: en San Luis Potosí hicieron ese ejercicio en la elección de Ayuntamientos de 2003, y se registró dicho fenómeno), se obtendría un resultado aproximado de Peña Nieto con 28 millones de votos, contra López Obrador con 17 ó 18 millones de votos (considerando que votaran 6 millones de personas menos, aproximadamente).

Es decir, la farsa democrática oligárquica totalitaria que actualmente vivimos sería legitimada en las urnas, de tal forma que nadie podría cuestionar el resultado de la elección. Sin embargo, también es cierto que el Congreso quedaría en manos de los de siempre, dado que no se está proponiendo que el segundo lugar ocupe la Presidencia del Congreso los próximos 6 años.

La iniciativa de ley que Calderón envió al Congreso no es una reforma política importante, donde traspasemos a esa línea hacia donde se encuentran las democracias europeas, sino una doble trampa para asegurar que la mafia se postergue en el poder eternamente, y el régimen de corrupción, explotación y privilegios también lo haga. Es la implantación de un sistema totatilario dictatorial simulado de farsa democrática. También, al mismo tiempo, es un reconocimiento del avance de la Izquierda en México en los últimos 25 años, y que ven un riesgo inminente en perder sus privilegios por una clase política distinta, y con un proyecto de nación diferente.

Los ciudadanos no se han dado cuenta del riesgo inminente que éstas reformas significan. La pérdida de libertad y garantías cada vez es más manifiesta, y mientras se encuentras alienados con la final del futbol, o el siguiente capítulo de la telenovela, la mano que mece la cuna va creando las condiciones necesarias para que, cuando sea demasiado tarde, no haya nada por hacer.

Saludos. Dejen comentarios.

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