El balar de los corderos

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Hola.

En la película The Silence Of The Lambs, dirigida por Jonathan Demme y escrita por Thomas Harris, toma su nombre de una escena protagonizada por Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) y Clarice Starling (Jodie Foster). En ésta escena, Hannibal cuestiona a Clarice sobre los motivos por los cuales ella salió de su rancho a los 10 años. Reproduzco el texto de la escena:

HANNIBAL LECTER: ¿Por qué se fue usted del rancho, Clarice?

CLARICE STARLING: Doctor, no tenemos tiempo para eso ahora. Escúcheme, ya sólo nos quedan cinco…

HANNIBAL LECTER: No. Escucharé yo ahora. Después del asesinato de su padre usted quedó huérfana. Tenía diez años. Se fue a vivir con sus primos, en un rancho en Montana. ¿Y entonces?

CLARICE STARLING: Tan sólo que una mañana me fui.

HANNIBAL LECTER: No “sólo”, Clarice. ¿Qué le hizo irse? ¿Qué hora era cuando se fue?

CLARICE STARLING: Pronto, todavía estaba oscuro.

HANNIBAL LECTER: Así que algo le despertó, ¿no es así? ¿Un sueño, quizás?

CLARICE STARLING: Escuché ruidos extraños.

HANNIBAL LECTER: ¿Qué ruidos, Clarice?

CLARICE STARLING: Eran gritos. Algo parecido a gritos. Como gritos de niños.

HANNIBAL LECTER: ¿Qué hizo usted?

CLARICE STARLING: Bajé las escaleras. Salí fuera. Llegué hasta el granero. Estaba muy asustada. No me atrevía a mirar dentro, pero tenía que hacerlo.

HANNIBAL LECTER: ¿Qué es lo vio entonces, Clarice? ¿qué vio?

CLARICE STARLING: Corderos. Estaban balando.

HANNIBAL LECTER: ¿Estaban matando los corderos?

CLARICE STARLING: Y balaban.

HANNIBAL LECTER: ¿Y fue cuando huyó, Clarice?

CLARICE STARLING: No. Primero traté de salvarlos. Les abrí la puerta, pero ellos no salían. Tan sólo se quedaron allí, confusos. No salían.

HANNIBAL LECTER: Pero usted sí podía. Y lo hizo ¿no?

CLARICE STARLING: Sí. Cogí un cordero en mis brazos y corrí todo lo deprisa que pude.

HANNIBAL LECTER: ¿A dónde iba usted Clarice?

CLARICE STARLING: No lo sé. No tenía comida. Ni agua. Y hacía mucho frío. Mucho frío. Pensé… Pensé que si conseguía salvar a uno… pero era demasiado pesado. Demasiado pesado. No había recorrido más que unos pocos kilómetros cuando el coche del sheriff me alcanzó. Mi tío estaba muy enfadado, me mandó a vivir al orfanato, en Bozeman. No volví al rancho nunca más.

HANNIBAL LECTER: ¿Qué pasó con su cordero, Clarice?

CLARICE STARLING: Lo mataron.

HANNIBAL LECTER: Aún se despierta por las noches ¿verdad? Se despierta en la oscuridad y oye balar a los corderos…

CLARICE STARLING: Sí.

HANNIBAL LECTER: Y piensa que si consigue salvar a la pobre Catherine, les hará callar para siempre ¿verdad? Usted piensa que si Catherine vive, no le volverán a despertar por las noches los gritos de los corderos

CLARICE STARLING:¡No lo sé!, ¡no lo sé!

HANNIBAL LECTER: Gracias, Clarice.

Desafortunadamente, los corderos siguen balando en México, pese a que (literal y figuradamente, para éste ejemplo) los estén matando. John Lennon, en la toma 1 de su célebre canción Strawberry Fields Forever, abre con una de sus más profundas frases: Vivir es fácil con los ojos cerrados, sin entender todo lo que ves (Living is easy with eyes closed, misunderstanding all you see). Y hablo de ésto a partir del “triunfo” de la Selección Mexicana de la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA México 2011.

El análisis va a lo concreto: resulta muy difícil pensar que no pudiera ser un asunto predispuesto el triunfo de México analizando los siguientes hechos:

  1. Los dos primeros partidos de la fase de grupos los jugó en Morelia, tierra de Calderón;
  2. El tercer partido lo jugó en Monterrey, ciudad azotada por los crímenes vinculados al narcotráfico, y una de las ciudades más importantes de México económicamente hablando;
  3. Los partidos de octavos y cuartos de final los jugaron en Pachuca, ciudad que curiosamente por esos días inauguraba el museo del fútbol en un terreno que albergaría el Museo de Arte Moderno de Hidalgo y que, argumentando falta de presupuesto (todo el dinero estaba reservado para la campaña electoral de Francisco Olvera), el Gobierno de Hidalgo se lo regaló a Jesús Martínez que, dicho sea de paso, es de los hombres más corruptos en el futbol, y uno de los que más influencia tiene en la FEMEXFUT, aunado al hecho de que desde días antes de que terminara la fase de grupos para México, ya se estaban vendiendo los boletos de octavos de final en Pachuca para el partido de México, y un día antes de losoctavos de final ya se estaban vendiendo nuevamente los boletos para un partido de México de cuartos de final, también en Pachuca; y
  4. El partido de la semifinal fue jugado en la tierra de los Moreira, familia con gran influencia en el PRI Nacional, y cuyo estadio es co-propiedad de Televisión Azteca.

Según palabras de José Ramón Fernandez en Twitter el día del sorteo, éste torneo es un evento que organiza Televisa, TV Azteca y quizá la FIFA (http://twitter.com/joserra_espn/status/70555578484785155), lo cual deja muy claro qué tipo de intereses y quienes fueron quienes prepararon éste gran impacto mediático.

Quizá, más de uno me cuestionará si soy enemigo del futbol, o porqué hablo así de algo de lo que debería de estar contento. Para nada. Yo respeto al futbol, por muchas razones. Mi abuelo jugó futbol, y muy bien (a tan buen nivel, que lo querían contratar América y Necaxa, entre otros equipos, pero nunca jugó de profesional porque decía que en ése tiempo los sueldos de los futbolistas eran tan bajos que ganaba mejor de taxista que de futbolista), mi padre también lo jugó, y mi hermano lo juega.

Y además, comparto la opinión de Eduardo Galeano, sobre la actitud que se tenía de ciertos intelectuales de Izquierda respecto al futbol, quienes creen que el fútbol tiene la culpa de que la gente no piense [y que] por suerte, en estos últimos años la actitud ha cambiado, porque la Izquierda ha descubierto que el futbol no es el culpable de que la gente sea acéfala. Sin embargo, algo debo aceptar: el nombre del futbol, desde hace mucho, ha dejado de ser deporte, y su nuevo nombre es negocio. Por lo menos a nivel profesional.

Y éste negocio muchos lo mantienen y pocos (muy pocos) ganan: políticos, empresarios, televisoras, directivos. Y además, crea una amnesia colectiva apoyado por el poder hipnótico de la televisión. Atrás quedan las elecciones mierderas del Estado de México (mierderas, porque fueron organizadas en medio de la mierda del Río de los Remedios, y por la perniciosa actuación de las instituciones electorales por la saturación propagandística grotesca del candidato oficial), los muertos por el narcotráfico, la crisis económica… Todo queda relegado a un segundo plano gracias al poder manipulador de la televisión, quienes guían a los corderos hacia el sacrificio, pero dotándolos de una dosis de anestesia para que no sufran, y no sientan el dolor.

La amnesia no es otra cosa que el furor excesivo por un triunfo ajeno, el cual busca cohesión, pero en torno a sus intereses y móviles. No es una cohesión genuina, como en el caso de una exigencia, o el reconocimiento a un derecho, sino en torno a una figura vacía, sin otro significado que el de reproducir el modelo predominante consumista, egoísta, hedonista, e individualista.

Así, mientras los borregos balan y celebran el triunfo de una selección que no es otra cosa que dinero en publicidad, mercadotecnia y propaganda política, las cúpulas políticas se organizan y se ponen de acuerdo para saber quién será el siguiente títere, el siguiente verdugo que continuará y profundizará las políticas antipopulares, aquel que beneficiará más a los grandes empresarios (algunos inmiscuídos en el futbol) y las grandes empresas trasnacionales, aquel que seguirá aplicando la fórmula ya patentada hace más de 2000 años por los romanos, llamada Pan y Circo, aunque los políticos mexicanos actuales ya están prescindiendo del Pan, pues han encontrado que con el Circo es más que suficiente.

Y el Circo ya está preparado: un galán de telenovela (del Canal de las Estrellas) con orígenes cretácicos, que se casó con una humilde actriz de telenovela que, a la postre, podría convertirse en primera dama, mientras una televisora bombardea subliminalmente a un pueblo para que crea que el final de éste gran drama tendrá un final feliz. Sin embargo, los corderos que hoy balan, y que viven fácilmente con los ojos cerrados sin entender todo lo que ven, no saben que el final será trágico, y que van directo al matadero.

Aunque he cargado a mi cordero para salvarlo, es probable que , al final, el sheriff me alcance, y finalmente sufra el mismo destino que los demás. Sin embargo, dormiré con la consciencia tranquila, dado que escribiendo un texto reflexivo, habré intentarlo salvarlo del triste destino que le espera. Sin embargo, seguiré escuchando balar a los corderos, por quién sabe cuánto tiempo más. Ojalá los corderos se den cuenta que están a tiempo de encontrar la puerta para salir, y no se queden a la merced de su verdugo.

Saludos. Dejen comentarios.

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