La mercantilización de la democracia, o la plutocracia mexicana

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Hola.

En algunos de mis textos anteriores, he mencionado algunos conceptos tales como la mercantilización de la Patria, o la mercantilización de la política. Sea cual sea acepción que se le dé, pero la mercantilización significa sujetar cualquier cosa a la Ley de la Oferta y la Demanda.

El Tribunal Electoral dió éste paso el día de hoy, al ser desestimada y declarada infundada la impugnación que solicitaba la nulidad de la elección presidencial. Al declarar improcedente los grandes puntos que estructuraban la impugnación de la Izquierda, se le dió paso a una nueva etapa que ya venía fraguándose desde hacía años, pero ahora ha quedado consolidada: la mercantilización de la democracia, donde el poder y el acceso a él sólo esté disponible para aquellas personas que puedan pagar por él, conforme los ofertantes pongan precio.

Así, un gran catálogo de irregularidades [como el apoyo de los medios de comunicación (particularmente Televisa, Milenio y Organización Editorial Mexicana); la publicación y utilización de las encuestas como propaganda; las tarjetas Monex y su utilización; las tarjetas Soriana; el rebase a los topes de gastos de campaña; la intervención de los gobiernos priístas, de Calderón y Carstens en la campaña; la compra del voto en sus muchas modalidades] han legalizado el sujetar a la Ley de la Oferta y la Demanda el voto y su adquisición. Finalmente, así es el modelo económico neoliberal, y el Capitalismo. También deja abierta la puerta a que el Gran Capital determine (como antes lo hacía, pero ahora de forma abierta, legal y “lícita”) el futuro gobernante y sus políticas.

Ahora, no ganarán las mejores propuestas, ni el mejor candidato, sino aquel que pague por propaganda en forma de notas, o encuestas que lo favorezcan para influir en la decisión del electorado. Ganará aquel candidato que más dinero, despensas o tarjetas regale comprando la voluntad y el ejercicio del voto, sin importar cuánto gastó o en qué, ni mucho menos el origen del propio dinero. Así, legalizamos el lavado de dinero, desvío de recursos, el peculado y todas las formas habidas y por haber de corrupción.

Así, la legalización de todas éstas prácticas por parte del Tribunal Electoral es que el sistema de gobierno pseudodemocrático-oligárquico que tenemos en México se ha consolidado en una Plutocracia, realizando una gran transición en términos políticos, pero lamentable para los ciudadanos. Por eso siempre, en lo personal, me opuse a las candidaturas ciudadanas, pues si bien antes, con los partidos políticos, había problemas para fiscalizar a los candidatos, ahora con los candidatos ciudadanos se le ha ido al IFE de las manos los candados sobre quién será candidato, cómo, y de dónde provendrá su financiamiento.

Así, tal y como Agustín de Iturbide fue el único gobernante del I Imperio Mexicano, o Maximiliano de Habsburgo el gobernante del II Imperio, así tendremos que, históricamente, catalogar el gobierno de Peña Nieto como la I Plutocracia Mexicana, dando pie a un inter entre la II y la IV República.

Aunque sé que ésto me generará muchas críticas, no puedo autocensurarme por el qué pensarán, o qué dirán. Nuevas formas de lucha tendremos que adoptar, dado que las actuales tal vez funcionen en un sistema democrático, pero no en uno plutocrático. Queda claro también que caminar y gritar por las calles ya no es una solución dado que si bien antes ésto ablandaba a los gobernantes, ahora no les hace ni cosquillas.

Me queda claro también que Peña Nieto tomará protesta, pues Calderón realizó las modificaciones constitucionales para que ésto sea así, ya sea en la Cámara de Diputados, frente a la Mesa Directiva de la Cámara (no es gratuito que Jesús Murillo Karam sea el actual Presidente de los Diputados), o frente a los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia. Aunque, siendo el PRI, no van a perder la oportunidad de lucirse, así que la toma de protesta será en la Cámara de Diputados, con Peña Nieto llegando en helicóptero para evitar el cerco que realizarán en San Lázaro distintos manifestantes.

Sin embargo, hay que ir pensando en cómo generar la resistencia a las políticas y reformas que habrá de impulsar el PRI y Peña Nieto, la cual (como he repetido) nos meterá a una nueva forma de lucha y protesta en México, dado que también el PRI autoritario y represor vendrá recargado, dispuesto a lo que sea para defender y enquistarse en el poder que, dicho sea de paso, tanto tiempo, dinero y trabajo le costó recuperar.

Saludos. Dejen comentarios.

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