Crónica de una renuncia anunciada, o cómo el tiempo me dió la razón

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El Miércoles 3 de Junio de 2009, Ruth Zavaleta fue a la FES Acatlán, invitada por la Red de Estudiantes Democráticos.

Yo fui al auditorio donde se presentó por dos razones: primero, porque quería ver el for que podía convocar Ruth en la escuela y, segundo, porque quería increparla y cuestionarla.

Ese día, pese a tener que ir a la Casa de Campaña de Victor Romo, me esperé en el Salón 612, donde se supone estaría Ruth. Pero al final, movieron el evento a un auditorio más grande. Obviamente, llegué tarde. El foro ya había comenzado (no llenó ni la mitad del auditorio, para mi sorpresa), y Ruth platicaba sus chocoaventuras como Diputada Federal.

Llegó, finalmente, la ronda de preguntas y respuestas. Y fui el primero en cuestionarla. Recuerdo perfectamente la cara del Profesor Agustín (en ese tiempo, todavía Coordinador de la Carrera de Sociología de la FES, mi maestro de Teoría Social 1 y de Sociología Política apenas el semestre pasado, y a quien considero un gran amigo), de Said (quien es Secretario Técnico de la carrera, y que me dió Teoría Antropológica en 4º) y de alguno que otro maestro, que estaba ahí, y que conoce mi apoyo incondicional hacia la figura de Andrés Manuel López Obrador.

Mi pregunta, básicamente, fue la siguiente: “Ruth, ¿hasta donde pueden, o deben negociarse los principios?”. Posteriormente, le hice un planteamiento sobre la situación en que ella fue diputada gracias a López Obrador (pues Octavio Romero la apoyó en demasía) y sobre cómo ella, en complicidad con Nueva Izquierda, dejaron tomar protesta a Calderón, dejándolo entrar por la puerta de las banderas.

La sonrisa irónica de muchos presentes en el auditorio, así como el escepticismo de algunos alumnos y profesores llenó el auditorio. El enojo de Ruth no se hizo esperar. Conforme iba argumentando su pregunta, su sonrisa que tuvo desde que llegó al foro se le desdibujaba, e incluso sus ademanes se tornaron más bruscos.

Ruth me contestó, llena de furia, cuando terminé mi exposición “¿Usted fue testigo de lo que me culpa?”. Yo de inmediato le dije que no, pero que contaba con el testimonio de dos o tres diputados que estuvieron presentes cuando fue la negocie con el PAN. “¿Quiénes son? ¡Dígame los nombres!” Pese a que me estaba gritando, conservé la calma y le dije que no le podía dar las fuentes, pero que eran fiables. De inmediato, ni tonta ni peresosa, me descalificó por el hecho de no haberle revelado mis fuentes, y se salió por la tangente con un cinismo que he visto en pocos.

Días después, la comidilla en la FES con los profesores fue la frase célebre de Ruth “¿Usted fue testigo?” Eso generó más de una broma, y recibí felicitaciones no de pocos profesores, debido a la forma en la que evidencié a Zavaleta.

Hoy, el tiempo me dió la razón. Ruth Zavaleta renuncia al PRD, y es probable que compita a la gubernatura de Guerrero por el PAN. Así mismo, toma un nuevo matiz el asesinato de Armando Chavarría, quien fuera ajusticiado el pasado mes de agosto de 2009, y quien era serio aspirante del PRD a suceder a Zeferino Torreblanca.

Antes de irme: mañana doy mi ponencia “Globalización, Neoliberalismo y resistencia en América Latina”, en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Vayan, porque presiento que es la única ponencia que daré en la UAEH, debido a la represión existente en dicha institución. La cita es de 13.00 a 15.00 hrs., en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHU), que está en el kilómetro 4 de la carretera Pachuca-Actopan.

Vayan, y dejen comentarios aquí. Saludos.

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