Las tendencias autoritaristas

Share

Hola.

Durante muchas décadas del siglo pasado, vivimos dictaduras militares en América Latina, algunas de las cuales se presentaron desde los años 30’s, siendo su auge durante los 60’s y 70’s. Así pues, tuvimos casos terribles como las dictaduras de Brasil, Argentina, Guatemala, o el caso Pinochet, en Chile, que derrocó al primer presidente Socialista en llegar al poder por la vía de las urnas, no de la Revolución: Salvador Allende.

Todo ésto terminó, en teoría, en la década de los 80’s, cuando se instauraron regímenes democráticos en América Latina, que sentaron las bases para el desarrollo que hoy estamos apreciando en muchos países del continente.

Ésta idea de la democratización no es otra cosa que el modelo político occidental aplicado, patentado y expandido por el mundo por Estados Unidos y Europa, ya sea por la vía pacífica, o bien por la fuerza, como observamos en el caso de Libia, sin menoscabar otros ejemplos aplicables, com Irak. Sin embargo, el “régimen político perfecto”, como nos lo han querido vender, donde la mayoría impone su voluntad sobre las minorías y las asfixia, tiene serias deficiencias, algunas de las cuales están saliendo a relucir.

Éste “régimen perfecto” no es otra cosa que una máscara para que las oligarquías locales dominen y malgobiernen a la mayoría de la población. Las decisiones las toman un puñado de personas, le dicen al títere en turno lo que tiene qué hacer (por supuesto, “democráticamente” electo, de una decena de opciones que responden, en su mayoría, a los mismos intereses), y que actúa en consecuencia. Por supuesto que el sistema económico juega un papel importante, puesto que no pueden existir oligarquías sin capitalismo. Es una relación simbiótica.

Sin embargo, éste régimen que lo definiré como dictadura oligárquica democrática, genera una distribución inequitativa de la riqueza, malestar en la población, lucha de clases, polarización de todo tipo, etc. En algún punto, la olla express revienta, y entonces se generan protestas, marchas, disturbios, revoluciones, en ese orden.

Sin embargo, ésta dictadura oligárquica democrática cuenta con un gran poder intermedio entre ellos y la población: los medios de comunicación y, en particular, la televisión, que en todos los países abarca una gran cantidad de atención de la población, la cual es utilizada para distraer, manipular y mentir sobre el estado actual de las cosas. Éste escenario fue el que se presentó durante todo el Siglo XX, y fue el ideal para éstas dictaduras oligárquicas democráticas. Sin embargo, llegó el Siglo XXI y, con el nuevo siglo, nuevas tecnologías.

A pesar de que Internet existe desde mediados del siglo XX, su popularidad y masificación llegó con el Siglo XXI. Con la aparición de la Web 2.0, llegaron Facebook y Twitter, entre otras plataformas, además de los sitios de noticias realizados por Prosumers. Aunque éstas plataformas fueron desarrolladas con fines de entretenimiento y banales, poco a poco comenzaron a ser enfocadas a lo social y, de ahí, a lo polìtico. Comenzaron a haber debates en éstas redes sobre diversos temas de interés general y, cuando los usuarios se dieron cuenta que más de uno compartía sus inconformidades, se organizaron y salieron a las calles a protestar.

Así, en México se consiguió evitar el impuesto del 3% que el Senado quería aplicar para 2010, o también se consiguió la restitución de Aristegui en MVS Radio; Obama ganó una elección por el repudio a Bush; en Egipto, se derrocó al dictador Mubarak; en España, se creó el movimiento M-15, conocido como los “indignados”; y en Chile los estudiantes se organizaron (y lo siguen haciendo) contra la privatización de la educación por el presidente derechista Piñera.

Sin embargo, ésta organización social ha traído también una reacción por parte de las oligarquías, que están dispuestas a mantener su poder y privilegios a toda costa. Así, ha habido represiones, mano dura, toques de queda, militarización, y hasta fraudes electorales, lo que marca una tendencia claramente autoritarista.

Tenemos elementos que pueden parecer aislados, pero que si los analizamos y los contextualizamos, marcan una tendencia (primero señalaré el acontecimiento origen, y después la repercusión):

  • 2001: Ataque al WTC, New York: endurecimiento de la política interna de USA contra sus propios ciudadanos;
  • 2002: Invasión de Afganistán: imposición de un régimen político de USA a los afganos, militarización;
  • 2002: Golpe de estado frustrado a Hugo Chávez, en Venezuela: asume presidente de FEDECÁMARAS la presidencia por dos días;
  • 2003: Invasión de Irak: imposición de otro régimen político de USA a los iraquíes, militarización;
  • 2006: Fraude Electoral contra AMLO, en México: imposición de Calderón como Presidente de México, militarización
  • 2008: Intentona de separatismo de varias provincias en Bolivia, lidereada por la derecha y las cámaras empresariales;
  • 2010: Intentona de Golpe de Estado a Rafael Correa, en Ecuador;
  • 2011: Caída de Hosni Mubarak en Egipto por las protestas ciudadanas: instauración de junta militar;
  • 2011: Creación del M-15, movimiento de indignados en España: represión contra los movilizados por el “izquierdista” Zapatero;
  • 2011: Movimiento estudiantil en Chile contra la privatización de la educación pública: represión contra los movilizados por el derechista Piñera.

En éste ejercicio sólo consideré los hechos significativos (y de los que vinieron a mi memoria), pero sin duda, hablamos, por una parte, de fraudes electorales, invasiones, golpe de estado por parte de las oligarquías y, por otra parte, de represión y militarizaciones.

Ésto marca, sin duda, una tendencia al autoritarismo legitimada por las urnas. Es decir, primero votamos por el títere en turno, y ya que observamos que sólo responde a los intereses de la oligarquía y no de los electores, salimos, nos inconformamos, nos reprimen, y no podemos de ir nada, puesto que nosotros le dimos el poder para reprimirnos por la vía de las urnas, además que cuentan con los mecanismos propagandísticos para hacer creer a buena parte de la población que la represión es correcta y justificada, sin explicar las razones de fondo.

Lo cierto es que existe una tendencia generalizada a generar regímenes autoritarios, donde en algunos casos ya no se persigue a la oposición, sino se le descalifica y estigmatiza, mientras en otros casos se vuelve a hacer uso del primitivo recurso de la macana para aplacar el descontento social. Ésta tendencia no es de a gratis: está más que demostrado que el neoliberalismo fracasó, puesto que hay más pobreza y una distribución inequitativa de la riqueza, pero por otra parte, ñas oligarquías están dispuestas a defenderlo, si es necesario, derramando sangre, pues sus privilegios dependen en gran medida de ésta fallida política económica, y no están dispuestos a renunciar a ellos ante nada.

En éste sentido, habría que valorar el impulsar propuestas como el plebiscito, el referéndum y la revocación del mandato, que podrían dar un equilibrio a éstas tendencias autoritarias que, de no ser detenidas ahora, cargaremos ese lastre por varias generaciones, hasta que un acontecimiento tal como la Toma de la Bastilla, en 1789, cambie el curso de la Historia de una vez y para siempre.

Saludos. Dejen comentarios.

Comments

comments