El Edomex y el 2012

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Hola.

El 2011 comenzó con una noticia sumamente sorpresiva y reconfortante, a su vez, para la Izquierda Mexicana: Alejandro Encinas, finalmente dijo “si voy” por la gubernatura del Estado de México, como candidato de las fuerzas del movimiento obradorista, y compitiendo bajo las siglas del PRD, PT y Convergencia.

Aunque mucho se ha especulado (y denostado también) el hecho de que se menciona que “sólo es una candidatura más”, a juzgar por la cara de Jesús Ortega durante su presentación como precandidato, con el respaldo de todas las fuerzas al interior del Partido, y con el suceso de declaraciones que a posteriori se han realizado con gente dentro y fuera del Partido, la verdad es que ésto huele más a arroz ya cocinado, que a algo que apenas se prepara.

Y es que, si en realidad a alguien le ha incomodado e, incluso, ha puesto nerviosos, es claramente a nuestros adversarios: al PRI y al PAN. Al PAN, porque gran parte de su estrategia durante el 2010 fue colgarse del PRD en todos los procesos donde participó, debido al desprestigio que el espurio le ha dado a ése partido, y es que gran parte de las alianzas las hizo para sobrevivir “dignamente”. En pocas palabras, en la mayoría de los procesos, se hizo como una rémora del PRD, por difícil que ésto pueda creerse.

Y ésto lo vivimos claramente en el proceso electoral hidalguense. Xóchitl Gálvez fue propuesta del PAN, posterior al proceso electoral se comportó comolo que es: panista. Sin embargo, un discurso que lo matizó de Izquierda, acorde a ciertos principios ideológicos del PRD, y la necesidad de que Guadarrama e Isidro Pedraza no siguieran manteniendo cautivo y secuestrado al PRD, le ganó la simpatía de muchos compañeros perredistas, los cuales decidimos apoyarla. Sin embargo, la gente del PRD movilizaba, hacía la “talacha”, realizaba el trabajo a flor de tierra, y los panistas se atribuían el trabajo, y se colgaban de la movilización del PRD y del trabajo de los compañeros. Experiencias personales puedo contar muchas, sin embargo no es el fin de éste texto. Éso les gano la animadversión de muchos compañeros perredistas, quienes han dicho que en las elecciones municipales de ninguna forma trabajarán con la gente del PAN otra vez y, donde fue posible, reventaron la posibilidad de alianza en los Consejos Municipales.

Los reacomodos en el gobierno usurpador de Calderón no me dejan mentir: la salida de Felipe Bravo Mena como asesor del espurio implica que dicho personaje será el candidato a gobernador por el PAN en el Edomex, dejando de lado de facto y con Encinas en el PRD, la posibilidad de una alianza electoral. Así mismo, el nombramiento de Kessel como directora de BANOBRAS responde a la necesidad de tener recursos para operar la campaña de Bravo Mena. Finalmente, la salida de Horcasitas al frente de la SCT para ser sustituído por un salinista como lo es Dionisio Pérez-Jácome solamente puede ser explicado como una estrategia del Calderón para que su partido no sea golpeado por un problema que visiblemente le pega a Horcasitas y al PAN mismo: el caso de la guardería ABC, donde el ahora ex-secretario de Comunicaciones y Transportes fue gran responsable al igual que Bours, ex-gobernador de Sonora.

Pero el nerviosismo no sólo ha penetrado al PAN, sin también al PRI y a Peña Nieto. Al PRI, porque saben perfectamente que el único candidato que le ganaba al PRI en las encuestas era, precisamente, Encinas, y nunca esperaban que Alejandro, hombre cercano totalmente a López Obrador, aceptara finalmente la candidatura después de tantos meses decir que no. El PRI, de una u otra forma, le apostaba al gatopardismo. Pero el hecho de tener un candidato auténticamente de Izquierda mina, en gran medida, la posibilidad de obtener el triunfo en la gubernatura, hecho que desencadenaría, por ende, en perder la Presidencia de la República en 2012.

A diferencia de muchos estados del país, el PRI no tiene una hegemonía en el Estado de México como parece actualmente. Y el PAN no tiene tanta fuerza en el estado, como también ha sido la apariencia durante mucho tiempo. Y lo digo con conocimiento de causa. Existen varios factores a considerar en éste análisis.

El primer factor es que, electoralmente, el PRI no tiene un voto duro tan alto como en otros estados del país. Después de la Ciudad de México, considero que es el segundo estado con mayor voto volátil a nivel nacional. Ésto quiere decir, dicho de otro modo, que no existe un electorado cautivo, ni del PRI ni de otros partidos, sino que existe un voto que vota ya sea por el perfil de los candidatos, por la mercadotecnia alrededor de los candidatos, o por trivialidades que le hacen cambiar su voto de un partido a otro en elecciones distintas.

Ésto puede ser demostrado con base en los últimos resultados electorales de 2009, donde el PRI gana terreno al PRD por varios factores: 1) Malos gobiernos perredistas; 2) Candidatos malos y a modo en municipios clave, como Neza, Ecatepec, Tultitlán y otros municipios debido al contuvernio dirigencia estatal del PRD-PRI/Peña Nieto; 3) Difamación en contra de gobiernos locales y campañas negras, en algunos casos apoyadas por el Gobierno Federal; 4) Compra y coacción del voto y de líderes locales para obtener una alta votación a favor del PRI.

Sin embargo, si revisamos la elección de 2003, una elección intermedia y sin el efecto López Obrador, como pudiera ser la elección de 2006, encontramos que aunque el PRI mantiene gran parte de los municipios del Estado, lo cierto es que el PRD gana la mayoría de los municipios con una muy alta densidad de población, y mantiene un escenario de alta competitividad con el PRI en el resto de los municipios. Ésto, aunado al hecho de un alto abstencionismo electoral presentado en la última lección local en 2009, nos hacen ver que el triunfo del PRI es simulado. Dicho de otro modo: con un buen candidato, y combatiendo el alto abstencionismo que existe en el Estado, el PRI puede ser derrotado.

El caso del PAN es distinto en el Edomex. Durante mucho tiempo gobernó varios y muy importantes municipios en la entidad. Sin embargo, el desgaste que obtuvo tras tantos años de gobierno, así como la oligarquización de los municipios y los altos niveles de corrupción que se tenían en municipios como Atizapán de Zaragoza, Naucalpan, Tlalnepantla, Coacalco, Cuautitlán Izcalli y otros más (el llamado corredor azul) ocasionó su derrota. Sin embargo, pese a ésto, la presencia del PAN en municipios del Estado es contada. Es decir, tiene mucha presencia en pocos municipios. Sin embargo, ésta presencia ha sido mermada por el desprestigio del PAN en el gobierno, así como de la larga tradición en muchos municipios de gobiernos emanados de éste partido.

En éste sentido, hablamos que la elección del Estado de México será entre dos: PRI y PRD (o fuerzas progresistas, o movimiento obradorista, como se le quiera ver). El PRI le apostará a su capacidad de movilización y a una compra indiscriminada de compra y coacción del voto, así como a una campaña de miedo que comenzó en Facebook un día después del anuncio de Alejandro, y que se extenderá a diversos ámbitos, cuya finalidad será asustar al electorado. ¿Porqué asustar al electorado? Porque el PRI sabe bien que si la gente común y corriente (es decir, el voto volátil del que hablé anteriormente) sale a votar y un bajo abstencionismo, corre el riesgo inminente de perder la gubernatura, lo cual sería un golpe mortal en las aspiraciones del PRI, Peña Nieto y Televisa de ganar la Presidencia en 2012.

El PRD debe apostarle a la capacidad de movilización del propio PRD, de la fuerza de los otros partidos que lo acompañarán, de la capacidad de movilización del movimiento que encabeza López Obrador, de sacar a votar al voto volátil, de combatir el abstencionismo, de generar una campaña que contrarreste la campaña negra, de generar los mecanismos anti-mapache para detener cualquier compra del voto, y de cuidar el resultado y los votos en las casillas el día de la elección.

La tarea del PRD parece más difícil, aunque no lo es. La descomposición política del Estado de México, junto a una excelente candidatura como lo es la de Alejandro Encinas, generará las condiciones ideales para lograr el cambio de gobierno en el Estado de México.

El miedo no anda en burro, y ya lo están demostrando priístas y panistas. Veremos qué sucede en el Edomex, pues de lo que suceda en éste estado dependerá, en gran medida, el resultado en 2012.

Saludos. Dejen comentarios.

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