Deforma energética

Hola.

Dice la Real Academia Española, que deformar es hacer que algo pierda su forma regular o natural. También lo define como tergiversar, siendo esto dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos.

En el Congreso Mexicano, desde hace algunos sexenios, y aceleradamente durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, no se ha hecho otra cosa que no sea deformar. ¿Y qué deforman nuestros legisladores? Leyes, con el pretexto de reformarlas.

Las reformas neoliberales que han sido impulsadas en los últimos casi 35 años no responden al interés general, a lo que necesidades requeridas por el Pueblo (que representa la mayor parte de éste país). Las leyes han sido rediseñadas conforme al interés de una clase empresarial y política (definida como oligarquía), cuyos intereses representan los de ellos mismos y no los de la mayoría de la población.

Para tal efecto, se han posesionado y secuestrado al gobierno. Mediante una simulación democrática, han logrado controlar al representante del Poder Ejecutivo y su gabinete, han insertado legisladores para modificar las leyes conforme a sus intereses, han logrado generar un clima de impunidad avalado por jueces y magistrados, han controlado la dirigencia de los principales partidos políticos, y han manipulado a la población mediante los medios de comunicación para que exista un respaldo popular a sus agravios.

El paquete de reformas estructurales (que muchas veces se ha insistido en este blog que provienen de cartas-intención con el Fondo Monetario Internacional [FMI], el Banco Mundial [BM], la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE] y otros organismos) que ha presentado Enrique Peña Nieto, y que un Congreso maniatado, sometido y timorato ante la figura presidencial ha aprobado sin discusión alguna, no son otra cosa que deformas o, dicho de forma correcta, deformaciones.

La deforma laboral ha sepultado los derechos laborales y el espíritu del artículo 123 por los que se luchó durante mucho tiempo; la deforma educativa ha terminado con la responsabilidad del Estado en la educación pública, laica, gratuita y de calidad, y el espíritu del artículo 3°; la deformación del artículo 130 terminó con el Estado Laico; la deforma financiera ha legalizado el embargo, la retención de sueldos y salarios en caso de deudas por créditos, y la pena corporal (cárcel); la deforma en telecomunicaciones fortaleció a Televisa como monopolio y empresa predominante en el sector, legalizó el espionaje que era hecho ilegalmente por el Estado Mexicano, y permitió la entrada de capital extranjero al negocio de la Radio y TV, antes prohibido; la deforma hacendaria homologó el IVA en la frontera, y legalizó los gasolinazos e, incluso, los intensificó.

Dicho sea de paso, además, que los gasolinazos es una medida impuesta desde el gobierno de Felipe Calderón con el fin de homologar el precio de la gasolina mexicana con el internacional, con el fin de que, una vez que las empresas trasnacionales (como Shell, Exxon, Chevron y Texaco) lleguen al país y abran sus gasolineras, puedan competir contra PEMEX (pues de mantenerse el precio bajo, como era antes, no podrían hacerlo).

Nadie duda hoy que estas deformas fueron realizadas para beneficiar intereses económicos muy poderosos, principalmente extranjeros, y que el Gobierno Mexicano trabaja más como un lobby empresarial que como una entidad dedicada a proteger y priorizar los intereses de sus gobernados.

Pero sin duda, y aún con las graves consecuencias que tienen la deformación de las leyes antes mencionadas, la más grave es la deforma energética.

La madre de todas las reformas, como la han calificado Peña Nieto y su gabinete, es la reforma energética, que en los días pasados ha sido aprobada e impuesta por el Congreso de la Unión por el PRI, en complicidad con el PAN, el PVEM, el PANAL, y con la oposición bipolar voluble simulada del PRD.

Se ha modificado la Constitución en sus artículos 25, 27 y 28 para permitir la inversión extranjera en el sector energético (eso si, repitiendo hasta el cansancio que el petróleo seguirá siendo de la nación, aunque no dicen que en el subsuelo y que, una vez que salga de él, se perderá la propiedad por completo). En las leyes secundarias, han violado por completo el espíritu constitucionalista del artículo 27 y del Decreto de Expropiación Petrolera del General Lázaro Cárdenas, y han puesto y generado las reglas a modo para el capital trasnacional petrolero.

Las nuevas leyes permiten el despojo de las tierras por parte de las empresas trasnacionales para la búsqueda y extracción de petróleo, avaladas por el Gobierno bajo el concepto de “utilidad pública” pero para beneficio privado; no se especifican las tasas de impuestos conforme a los márgenes de utilidad de las empresas extractoras; tampoco existen regulaciones para evitar catástrofes medioambientales que pudieran existir derivado de los procedimientos poco ortodoxos que las empresas petroleras trasnacionales utilizan para obtener el producto (véase el caso Chevron en Ecuador, o el caso Shell en Nigeria) y, finalmente, dejan en un futuro incierto nuestro futuro económico y nuestra viabilidad como nación independiente, convirtiéndonos en tierra de nadie (casi literalmente).

En pocas palabras, la reforma energética da todas las garantías necesarias y no necesarias al capital extranjero trasnacional, y deja sin garantías y en absoluta indefensión a la población en general.

Ningún llamado será atendido. Peña Nieto está pagando con creces a quienes le financiaron su campaña presidencial y aseguraron el regreso del PRI a los Pinos. El PRI está subordinado a los grandes organismos financieros. Penchyna y compañía están entregados a las grandes corporaciones trasnacionales.

La instauración de la corpocracia mexicana es un hecho, acompañada de una oligarquía rapaz y dominante. Felicitemos pues, a aquellos que vendieron el país a cambio de una despensa Soriana, de souvenires del candidato presidencial priísta, de materiales de construcción, de la promesa de un cargo en el gobierno, o de quienes, en medio de su estupidez infinita, no sabían lo que hacían o por quién votaban, pues era más fácil creerle a Televisa, que informarse de lo que había detrás del hombre que, sin remordimientos y tal cual psicópata, ha desgraciado la vida de muchas generaciones hacia adelante.

Estamos en el punto de no retorno. El daño al país está hecho. Y costará muchos años y generaciones revertir el actual proceso de descomposición política, social y económica que está culminando. Que Dios (si existe) nos agarre confesados, porque nos va a cargar el payaso.

Saludos. Dejen comentarios.

Cardenismo tramposo

Hola.

A inicios de semana, Enrique Peña Nieto presentó su iniciativa de reforma energética, lo cual ya era esperado desde la campaña, pues entonces prometió abrir a PEMEX, haciendo hincapié en que esto no significa privatizar.

Así, con un gran despliegue informativo con respecto a la nota, y posteriormente con una campaña en prensa, radio y televisión que sería la envidia de Goebbels, Peña Nieto ha intentado posicionar el discurso que, si bien esta reforma permite entrar a la iniciativa privada al negocio del petróleo, la reforma pretende rescatar, palabra por palabra, el texto del General Lázaro Cárdenas. Con ésta figura, el gobierno de Peña Nieto pretende encontrar la menor oposición posible a su reforma energética, aludiendo y desvirtuando totalmente la figura de Cárdenas y su decreto expropiatorio.

Estaría de más mencionar que Cárdenas, el 18 de marzo de 1938, y como tramposamente ha mencionado Peña Nieto, no dejó entrar a la iniciativa privada al negocio del petróleo, sino que la sacó de él. El texto íntegro del decreto expropiatorio de Cárdenas, dice:

Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la Nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carrostanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A., Compañía Naviera de San Cristóbal, S.A., Compañía Naviera San Ricardo, S.A., Huasteca Petroleum Company, Sinclair Pierce Oil Company, Mexican Sinclair Petroleum Corporation, Stanford y Compañía, S. en C. Penn Mex Fuel Company, Richmond Petroleum Company de Mexico, California Standard Oil Company of Mexico, Compañía Petrolera el Agwi, S.A., Compañía de Gas y Combustible Imperio, Consolidated Oil Company of Mexico, Compañía Mexicana de Vapores San Antonio, S.A., Sabalo Transportation Company, Clarita, S.A. y Cacalilao, S.A., en cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de la Economía Nacional para el descubrimiento, captación, conducción, almacenamiento, refinación, y distribución de los productos de la industria petrolera.

Es decir, Cárdenas decreta la expropiación de todos los insumos necesarios para trabajar la industria petrolera en todas sus áreas. Sin embargo, Peña Nieto insiste en escoger de la ley las partes que le convienen, de forma tramposa y perversa.

El texto del Artículo 27 constitucional ha tenido 18 modificaciones a lo largo de su Historia, la mayor parte de ellas han sido en el ramo del petróleo y agrario. El texto original del artículo 27, aprobado y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de febrero de 1917, dice en su párrafo 4º:

Corresponde a la Nación el dominio directo de […]; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos.

Así mismo, el párrafo 6º del artículo 27 sanciona:

En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable a imprescriptible, y sólo podrán hacerse concesiones por el Gobierno Federal a los particulares o sociedades civiles o comerciales constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la condición de que se establezcan trabajos regulares para la explotación de los elementos de que se trata, y se cumplan con los requisitos que prevengan las leyes.

La publicación de la 3ª reforma del artículo 27 constitucional, publicada el 9 de noviembre de 1940 (que es el invocado por Peña Nieto) menciona que

En los casos a que se refieren los dos párrafos anteriores, el dominio de la Nación es inalienable a imprescriptible, y sólo podrán hacerse concesiones por el Gobierno Federal a los particulares o sociedades civiles o comerciales constituidas conforme a las leyes mexicanas, con la condición de que se establezcan trabajos regulares para la explotación de los elementos de que se trata, y se cumplan con los requisitos que prevengan las leyes.

Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se expedirán concesiones y la Ley Reglamentaria respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos.

Sin embargo, durante el sexenio de Miguel Alemán, debido a la ambigüedad del texto publicado por el General Cárdenas, se permitieron los contratos de riesgo con las empresas petroleras extranjeras, por lo que el Presidente Adolfo López Mateos el 20 de enero de 1960, publicó la 7ª reforma al texto del artículo 27, quedando así:

Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que se hayan otorgado y la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos, en los términos que señale la ley respectiva.

Así, se cerró la puerta de facto a la inversión privada en el negocio del petróleo que, repito, no la permitió el General Cárdenas, sino Miguel Alemán, aprovechando un vacío legal que posteriormente fue subsanado.

El texto constitucional (en esa parte) sigue igual, palabra por palabra. No se ha modificado en lo mínimo. Esas 12 palabras son las que han impedido la entrada de las grandes y voraces empresas petroleras trasnacionales al negocio del petróleo en México.

Sin embargo, Peña Nieto quiere regresar a la ambigüedad legal que existía en el artículo 27. La reforma de Peña Nieto dice:

Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos no se expedirán concesiones y la Ley Reglamentaria respectiva determinará la forma en que la Nación llevará a cabo las explotaciones de esos productos.

Sin embargo, los fines del texto del General Cárdenas eran nacionalizadores y expropiadores, mientras que el de Peña Nieto es privatizador y entreguista. Son las mismas palabras, pero con un uso diferente.

Así, Peña Nieto utiliza un cardenismo tramposo para sus macabras y perversas intenciones de privatizar el petróleo. Sin embargo, la resistencia a esta reforma ya es palpable, y se irá agudizando conforme vayan pasando los días y las semanas, pues realmente la industria petrolera y el petróleo es lo único que el Pueblo siente como suyo, como nuestro, pues todo lo demás ya lo han robado y saqueado a más no poder. De nosotros depende permitir el gran atraco, o detenerlo.

Saludos. Dejen comentarios.

Julio regalado

Hola.

Recién acabamos de enterarnos que en la barra de Chicontepec, Veracruz, en una superficie de 365 kilómetros cuadrados, existen seis pozos petroleros (Humapa, Miquetla, Soledad, Matitlán, Pitepec y Mihuapan) con resevas totales 3P (es decir, probadas, probables y posibles) por cerca de 500 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.

Sin embargo, tal cual si fuera una promoción de una tienda departamental, en vez de que PEMEX asumiera su tarea de extraer, procesar y vender ese petróleo, el 20 de diciembre de 2012 (apenas 20 días después de que Peña Nieto asumiera la Presidencia de la República) se puso en licitación esos campos, en forma de “bloques”, para que empresas privadas extraigan ese petróleo. Así, Halliburton (estadounidense), Operadora de Campos DWF (de la trasnacional suizo-americana Weatherford International), y Petrolite (de la estadounidense Baker Hughes) obtuvieron el beneplácito de PEMEX para obtener los Contratos Integrales para Exploración y Producción para Chicontepec.

Conforme lo dicho por Peña Nieto, que ni PEMEX ni el petróleo en el subsuelo (dado que este sigue siendo propiedad de PEMEX, sólo que ahora PEMEX alegando una incapacidad inexistente para extraerlo se lo concesiona a privados) no están siendo privatizados (en teoría), pero en realidad si se está entregando en la práctica el petróleo y la industria petrolera, que es el proceso productivo, y ahora desde la génesis del mismo (confirmando lo antes dicho en este blog en el ‘ABC de la privatización petrolera’, 25 de junio de 2013, http://blog.hglc.asp25.com/?p=2174).

Valdría la pena aclarar que la falta de inversión, el atraso tecnológico y los excesivos impuestos que paga PEMEX fueron deliberadamente planteados por los gobiernos neoliberales priístas y panistas, para poder reprivatizar el sector energético que, desde la misma expropiación, han ambicionado las grandes empresas petroleras trasnacionales.

En este sentido, gran parte de la justificación de los gobiernos neoliberales para privatizar la industria petrolera ha sido el tema de las aguas profundas, en las cuales “PEMEX no tiene ni la capacidad ni la infraestructura para extraer ese petróleo”. Incluso, emplearon sofismas como el ‘efecto popote’, donde argumentaban que los pozos petroleros del Golfo de México estaban compartidos (en el subsuelo) con las aguas territoriales de USA, y que mientras ellos extraían el petróleo, nosotros simplemente no podíamos sacar nuestra ración porque no dejábamos entrar a la iniciativa privada al ramo petrolero.

Sin embargo, con la adjudicación de esos bloques de territorio en plataforma continental a empresas privadas, se está echando abajo el argumento que la entrada de la iniciativa privada a la industria petrolera era para dotar de tecnología y conocimientos a PEMEX. Nada más falso que eso. Es simple y llanamente el saqueo de la riqueza nacional, y la política de privatización de las ganacias y socialización de las pérdidas.

Lo hecho por el gobierno de Peña Nieto es una privatización abierta, descarada y anticonstitucional del proceso productivo del petróleo, violatorio del espíritu del 27, bajo argumentos legaloides de que no lo es. Y cuando Peña Nieto presente la reforma energética, y se alegue que la entrada de la iniciativa privada es violatoria del 27, harán lo mismo que hicieron cuando aprobaron la reforma laboral: argumentar que sólo legalizarin el outsourcing (que antes estaba prohibido) y que tenía mucho tiempo que se hacía simuladamente.

La apertura de la industria petrolera no es apertura, sino renuncia al sector energético de la economía. Es dejar de realizar una actividad estratégica, que estaba únicamente en manos del Estado, para dejársela a empresarios extranjeros, cuyo capital se lo llevarán fuera del país, y que no beneficiará en nada a México. Por si fuera poco, el precio que estas empresas le cobrarán a PEMEX por algo que podría hacer PEMEX, que es extraer petróleo. Un negocio redondo, sin duda.

Así, la reforma energética sólo será un trámite para legalizar las ilegalidades que está realizando el gobierno de Peña Nieto, porque Julio Regalado ya llegó, y se puso en oferta a precio de regalo la barra de Chicontepec. Más tarde serán los yacimientos del Golfo de México y, finalmente, el petróleo estará en manos privadas extranjeras. Lo malo es que las ofertas de remate de la nación no abarcan sólo la industria petrolera, sino todo lo que está a su alcance.

Saludos. Dejen comentarios.

Las 12 palabras de Andrés Manuel de 2008 y los actuales contratos privatizadores del petróleo

Hola.

Desde finales de 2007 y principios de 2008, Andrés Manuel López Obrador había advertido a la población que se estaba cocinando una contrarreforma energética en las cúpulas del PRI-AN, con el objetivo de privatizar la industria petrolera. Comenzó a organizar entonces el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, en respuesta a la avanzada que ya venía encima, meintras las cúpulas del PRI y del PAN (siempre prestas a la simulación) decían que no había tal reforma energética, que todo salía de la cabeza de Andrés Manuel, que era falso que se estuviera cociendo la privatización de PEMEX y del petróleo, y que sólo era afán protagónico de López Obrador porque “su movimiento va perdiendo fuerza” (como siguen diciendo hasta el día de hoy).

El 9 de abril de 2008, Felipe Calderón envió el paquete de contrarreformas al Senado con la intención de aprobarlas en fast-track. Sin embargo, la respuesta del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo fue inmediata: se cercó al Senado (con la respectiva represión por parte del gobierno espurio) y se consiguió que hubieran foros para discutir la viabilidad de la privatización, así como de la contrarreforma energética presentada por Calderón.

Así, tras varias semanas de debate (del 8 de mayo al 22 de julio, en el Senado de la República, y del 23 al 27 de junio, en la UNAM) hubo casi un consenso porque el Estado Mexicano mantuviera la rectoría sobre PEMEX y sobre el petróleo, que aquellos que hablaban de la desincorporación o, incluso de la privatización. Desafortunadamente, éstos debates fueron televisados por el Canal del Congreso y por TV UNAM, y suprimidos totalmente por Televisa y por Televisión Azteca de la televisión abierta, por lo que realmente sólo una pequeña parte de la población pudo darse cuenta de los puntos de vista y razones expuestos por los especialistas en la materia.

Después de los foros, vino la parte de debate legislativo. Sin embargo, pese a los foros habidos y organizados, en gran medida, por la presión que ejerció el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo, el debate se mantuvo en la discusión de la contrarreforma presentada por Calderón, y fue desechada la presentada por Andrés Manuel López Obrador por medio de la Secretaria del Patrimonio Nacional del Gobierno Legítimo, Claudia Sheimbaum, así como por medio de los Diputados y Senadores del Frente Amplio Progresista (FAP).

Los debates llegaron a octubre, y cuando López Obrador detectó que había una trampa en la Ley de Petróleos Mexicanos presentada por Calderón, tanto en movilizaciones como en una reunión con el entonces Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, César Duarte, presentó una solicitud para que se incorporaran (las a posteriori) 12 palabras de AMLO, al artículo 60 de la Ley de Petróleos Mexicanos, las cuales decían: No se suscribirán contratos de exploración y producción que contemplen el otorgamiento de bloque en áreas exclusivas.

Sin embargo, medios de comunicación (Televisa y TV Azteca, encabezando) y las cúpulas del PRI y del PAN dijeron que eso ya era un capricho de López Obrador, que sólo quería (decían) estancar al país, y que si los foros se habían organizado casi casi como un capricho de él, no cederían en incorporar esas 12 palabras al texto de la Ley de PEMEX.

El PRI encabezó entonces el rechazo a esas 12 palabras, que de facto acababan con la posibilidad real de realizar cualquier intento o simulación de privatizar el petróleo, bajo el argumento de que

“En nuestro orden jurídico no existe este régimen de bloques, y lo que se licita no es el bloque por sí mismo y sus reservas, sino un contrato de obras y servicios para realizarlos en un área determinada.

“No se otorga en exclusividad el bloque o área con el alcance de exclusividad del área estratégica que tiene la Nación en el área del Petróleo, simplemente se otorga un área a un determinado contratista, por lo tanto, en esa misma área no podrá trabajar otro contratista, es decir, no podrán concurrir dos contratistas mediante contratos distintos para una misma área”.1

El PAN, por su parte, señaló que

“Sería atar a Pemex, prácticamente condenar a su fracaso. No podría desarrollar Pemex sus tareas.

“Hay un principio jurídico: nadie está obligado a lo imposible, conceder la inclusión de estas 12 palabras serían matar a Pemex, seria matar a la empresa pública”2

Así, las 12 palabras fueron desechadas, y aprobada la contrarreforma energética el 27 de Octubre de 2008, siendo publicada el 28 de noviembre del mismo año. Sin embargo, hay dos cosas a considerarse: primero, que discursivamente, siempre dijeron que ésta reforma energética no privatizaba PEMEX, lo cual es cierto, pero lo que no decían era que la finalidad no era privatizar PEMEX, sino sólo el producto que maneja PEMEX, es decir, el petróleo; y segundo, que la contrarreforma energética aprobada por los diputados y senadores del PRI-AN dejaba lagunas legales para que se pudiera llevar a cabo (como ahora se está haciendo) la privatización de ciertas áreas de la producción del petróleo, inclutendo la exploración, perforación, extracción y comercialización a empresas privadas.

Los contratos suscritos por PEMEX el pasado jueves 18 de Agosto a empresas privadas para la operación de 3 campos petroleros en Tabasco son sólo el desenlace de aquella controversial (en su momento) y olvidada (actualmente) Reforma Energética que Felipe Calderón envió al Congreso para su aprobación en 2008. Éstos contratos suponen la explotación por parte de empresas privadas de3 campos petroleros (de los cuales 2 [campos Magallanes y Santuario] serán operados por la empresa británica Petrofac Facilities Management Limited,  mientras que el Campo Carrizo será operado por la empresa mexicana Administradora en Proyectos de Campos), lo cual está expresamente prohibido por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual sostiene en su artículo 27, párrafo 4º:

Corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales de la plataforma continental y los zócalos submarinos de las islas; de todos los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos, constituyan depósitos cuya naturaleza sea distinta de los componentes de los terrenos, tales como los minerales de los que se extraigan metales y metaloides utilizados en la industria; los yacimientos de piedras preciosas, de sal de gema y las salinas formadas directamente por las aguas marinas; los productos derivados de la descomposición de las rocas, cuando su explotación necesite trabajos subterráneos; los yacimientos minerales u orgánicos de materias susceptibles de ser utilizadas como fertilizantes; los combustibles minerales sólidos; el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos; y el espacio situado sobre el territorio nacional, en la extensión y términos que fije el Derecho Internacional.3

Así mismo, se menciona en el artículo 28, párrafo 4º, del texto constitucional:

No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: correos, telégrafos y radiotelegrafía; petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radioactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión.4

En éste sentido, la Carta Magna es muy clara: las licitaciones y los contratos asignados a PEMEX son complemente ilegales y claramente anticonstitucionales, así como el paquete de contrarreformas aprobadas por el Senado y la Cámara de Diputados en 2008, incluyendo la Ley de PEMEX, sobre todo tomando en cuenta el Artículo 133, que dice:

Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los Tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada Estado se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados.5

En éste sentido, habrá que revisar la licitación pública 18575062-512-11 de los Contratos Integrales para la Exploración y Producción (obviamente, de petróleo) otorgados a las empresas privadas británica y mexicana, pues aunque PEMEX (y el gobierno espurio) argumenten que todo fue hecho “conforme a derecho”, lo cierto es que ésto representa una regresión a los tiempos del profiriato, donde tres compañías petroleras tenían el control y las ganancias del petróleo mexicano. De haberse aprobado las 12 palabras sugeridas por Andrés Manuel, ésta historia sería completamente diferente.

Lo cierto es que queda mucho por delante de ésta historia, la cual tiene, por una parte, las miradas voraces, imperialistas y expansionistas de los países del primer mundo hacia el petróleo mexicano (como ya lo hicieron con el petróleo iraquí, o lo quieren hacer con el petróleo libio) y, por otra parte, los tecnócratas neoliberales entreguistas que están dispuestos a seguirle entregando lo poco que nos queda a los mexicanos, y que estamos a punto de ser exclavos en nuestra propia tierra.

Saludos. Dejen comentarios.


1 y Rechaza el PRI las ’12 palabras’. El Mañana. 26 de octubre de 2008. http://www.elmanana.com.mx/notas.asp?id=85949

3, 4 y 5 Constitución Política de los Estados Unidos MexicanosH. Congreso de la Unión – Cámara de Diputados. Reforma del 17 de Agosto de 2011. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf