Las pifias de Peña Nieto

Hola.

En la campaña electoral presidencial del año pasado, Enrique Peña Nieto comenzó a tener una serie de “errores” y “trastabilleos” que se convirtieron en mofas y pifias en redes sociales e internet. Hashtags con mucho éxito, memes en Facebook, y videos e YouTube se convirtieron en virales, y todo mundo se burló del entonces candidato presidencial.

Un sector importante de la Izquierda comenzó a darle mayor importancia entonces a los errores de Peña y promocionarlos en cuantos medios pudieron, más que preocuparse en cuidar o hacer promoción del voto. La difusión virtual jamás pudo superar al trabajo de campo, en el que los priístas se concentraron, y al final el priísta ganó la elección presidencial.

Ésto fue favorecido, en gran medida, en que mientras una gran parte de activistas priorizó el salir a las calles a caminar y gritar en contra de Peña Nieto así como sentirse revolucionarios por Facebook, los priístas compraban el voto en las colonias, y aseguraban que su voto duro y comprado asistieran a votar.

No contentos con no aprender la lección, hoy la Izquierda comienza a cometer los mismos errores. Peña Nieto se ha equivocado en distintas ocasiones: le cambió el nombre al IFAI, lo mismo hizo con la fecha de erección del Estado de Hidalgo, y recientemente cambió la ubicación de la capital de Veracruz. Derivado de ésto, y de una forma sumamente superficial, la Izquierda ha vociferado la incapacidad e ineficiencia de quien ostenta el cargo presidencial.

Sin embargo, analizando fríamente el corto pero muy productivo sexenio de Peña Nieto, vemos que la realidad es muy distinta. No, querido lector, no crea que alabaré a Peña Nieto, pero si seré objetivo y responsable con mis comentarios. Peña Nieto no ha sido ni incapaz, ni ineficiente, ni improductivo. Al contrario. Ha sido bastante capaz, eficiente y productivo, tal vez no con el Pueblo, pero si con quienes lo apoyaron y a quienes le debe favores.

Enrique Peña Nieto ha sido capaz de convencer y coptar a la mayor parte de la que se asumía como “oposición” (muy al estilo del viejo priísmo, cuando tenía sus partidos satélites), al hacerlos firmar el Pacto por México. Así, con el Pacto por México, ha sido eficiente y productivo al haber sacado al menos tres grandes reformas neoliberales que los grandes organismos financieros internacionales le habían exigido a México y que se encontraban en el congelador hacía muchos años (la laboral, la educativa y la de telecomunicaciones) en un corto periodo de tres meses, y está próximo a aprobar al menos otras tres en lo que queda del año (la fiscal, la hacendaria y la energética).

Las pifias de Peña Nieto, por su parte, pueden deberse y tienen como origen únicamente alguna de las dos siguientes causas: idiotez, o premeditación. Si, nadie niega que alguien que tiene tantas equivocaciones puede ser idiota, aunque también podría estar fingiendo que lo es sin serlo (es decir, premeditación), y al final los idiotas serían quienes creen que es idiota. Explicaré mejor ésta parte.

Todos sabemos que Enrique Peña Nieto fue y es apoyado por el duopolio Televisa-Azteca (más por Televisa que por los otros, pero de igual forma lo apoyan ambos). Televisa tiene, al menos, 63 años haciendo televisión en México, y recordemos que las telenovelas más famosas y vendidas a nivel mundial son aquellas producidas por Televisa y transmitidas en el Canal de las Estrellas. Todo cuanto sucede en los teleteatros, es decir, acciones,  gestos, impulsos, equivocaciones, chistes, y demás, es planeado, actuado y editado con premeditación, y para causar diversas emociones en el receptor.

Así, considerando la relación existente entre Peña Nieto y Televisa, podríamos pensar que las pifias, errores y trastabilleos de Peña Nieto podrían ser provocados, con el único fin de distraer a la “Izquierda” facebookera y twittera con cuestiones intrascendentes y que no tienen ni una sola repercusión en la vida pública, política, económica o social del país (tal cual lo intentaron hacer con la reaparición del EZLN en diciembre pasado, y que una buena parte de la “Izquierda” se tragó el cuento), mientras el grupo en el poder continúa aprobando las reformas que ellos requieren y necesitan, así como reprimen, encarcelan y criminalizan la protesta social y a los activistas políticos que, lejos de internet y más cerca de la calle y la gente, enfrentan al Estado movilizando o denunciando públicamente el actuar del régimen actual.

En conclusión, Peña Nieto no es ni incapaz, ni ineficiente, ni improductivo, ni mucho menos idiota. Él y la oligarquía son más listos y perversos que la “inteligente” izquierda, la cual ha demostrado síntomas de inmadurez, ingenuidad e idiotez al subestimar y afrontar las capacidades del actual mandatario, sumidos en un océano de superficialidad mediática y darle importancia a lo intrascendente, la cual les provee lo que quieren ver y escuchar, mientras ellos hacen de las suyas. Al fin y al cabo, han encontrado la fórmula: circo para los ignorantes, circo para los ingenuos, y circo para los inconformes, que al final terminan siendo iguales ante el poder.

Saludos. Dejen comentarios.

Totalitarismo a la mexicana

Hola.

Los regímenes totalitarios no son exentos de una determinada época en particular. Los ha existido prácticamente desde el comienzo de la Humanidad, y los sigue habiendo ahora. Generalmente, los regímenes totalitarios suelen tener características muy marcadas: el gobernante en turno no es elegido por el pueblo, sino por una pequeña parte (muy pequeña, de hecho) de la población; suelen coptar y comprar a la oposición (y a la que no logran coptar, la reprimen y/o eliminan); utilizan a los medios de comunicación como eficaces aparatos de propaganda, difundiendo la información de forma selectiva y sesgada (ésto, más en particular en los totalitarismos contemporáneos); utilizan a la policía, al ejército o cualquier forma pública para amedrentar y reprimir a la población; y se privilegia al “capital” o a los negocios por encima del interés general.

En México no nos encontramos muy lejos de esa situación. De sobra está decir que Enrique Peña Nieto compró la Presidencia de la República con el apoyo de diversos oligarcas, poderes fácticos, trasnacionales, Washington, y el duopolio televisivo Televisa-Azteca; éste último, a su vez, ha funcionado como un eficiente aparato de propaganda para difundir la versión oficial (y única) de lo que acontece en México; no existe una intención real de sacar al ejército de las calles (bajo el pretexto de que la guerra continúa); la primer acción de gobierno de Peña Nieto fue difundir la firma del Pacto por México, donde la “oposición” sucumbió ante el poder presidencial priísta y prácticamente desapareció del mapa, y mediante ésta alianza ha aprobado leyes y acciones contrarias al interés del Pueblo, y en favor del Gran Capital, como la contrarreforma laboral, educativa y de telecomunicaciones, y próximamente la fiscal y energética.

Así, se ha conseguido tener, impulsar e imponer una visión política casi única, con muy pocos disidentes. El Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) es uno de ellos. Mediante acciones de diversa índole, se ha hecho manifiesto el yerro en las políticas implementadas por Peña Nieto en pocos meses, y ha ido creciendo la aceptación por el movimiento por varios miles de mexicanos que creen que otro camino es posible.

Durante la campaña advertimos que de regresar el PRI, regresaría el autoritarismo y la represión. Incluso, López Obrador comparó el regreso del PRI a la Presidencia de la República como el regreso de Santa Anna en el siglo XIX.

Sin embargo, tal cual pasó en el salinato con el perredismo, hoy el peñato sigue la misma escuela con la que se formó y aprendió a ser gobernante. La persecución de diversos dirigentes políticos y sociales a lo largo y ancho del país no se ha hecho esperar en éstos cortos meses del nuevo régimen priísta. A diferencia de los 50’s, 60’s, 70’s y 80’s (donde se asesinaba o metía a la carcel a los dirigentes sociales sin explicación alguna), ahora el régimen fabrica pruebas, o bien, reactiva procesos penales ya expirados o juzgados.

La detención de Rocío Mesino Mesino en Guerrero, dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), bajo el cargo de secuestro y asesinato de un empresario es un ejemplo de ello. La semana pasada, también intentaron hacer lo mismo en el Estado de México con Felipe Rodríguez, dirigente de la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ), a quien detuvieron en una marcha en Toluca, bajo los cargos de ataques a las vías generales de comunicación. Cabe señalar, además, el gran linchamiento público que se dió en contra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) por parte de Televisa en los días pasados, debido a los bloqueos de diversas autopistas en Guerrero y en Oaxaca.

El último preso político del Gobierno de Peña Nieto, lastimosa y lamentablemente, le tocó al Estado de Hidalgo. José Manuel Zúñiga Guerrero, ex-presidente municipal de Ixmiquilpan, miembro de la CNTE y de MORENA, y compañero entrañable del Colectivo de Izquierda Hidalguense, fue capturado por un viejo problema con la cuenta pública del 2007, de la cual la misma Auditoría Superior del Estado de Hidalgo (ASEH) ya lo había absuelto en 2010. El delito de José Manuel Zúñiga no fue el peculado, sino haberse enfrentado y confrontado a Sinué Ramírez, dirigente de la Sección XV del SNTE en Hidalgo, así como de movilizar a los maestros en el Estado en contra de la contrarreforma educativa.

Zúñiga ha sido un dirigente honesto y congruente. Es la única oposición real en Ixmiquilpan contra el PRI y Gobierno del Estado. La detención de Zúñiga es, a todas luces, ilegal y arbitraria. Responde a un ajuste de cuentas en su contra, avalado por Francisco Olvera (actual Gobernador y Secretario de Gobierno durante la gestión de Zúñiga) y por Miguel Ángel Osorio Chong (actual Secretario de Gobernación de Peña Nieto, y entonces Gobernador cuando Zúñiga era Presidente Municipal).

Zúñiga debe ser liberado el lunes, cuando terminan las 144 horas para que se le dicte auto de formal prisión, o auto de libertad. Cualquier otra determinación dejará en evidencia que en México ha regresado el autoritarismo, la represión, la persecusión política, y peor aún: que se ha instalado, formalmente, el totalitarismo en versión mexicana. Lo peor es que, de continuar la tendencia, en muy poco tiempo comenzarán a aparecer los muertos, y a conocerse la lista de desaparecidos por el régimen. De nosotros depende permitirlo o impedirlo.

Saludos. Dejen comentarios.