La última reforma

Hola.

En las próximas horas, Enrique Peña Nieto estará promulgando las reformas constitucionales a los artículos 25, 27 y 28, que entregan nuestros recursos energéticos al extranjero. Era la última reforma neoliberal por aprobar dentro del paquete de privatizaciones firmadas vía cartas-intención en los 80’s y 90’s con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Esta acción sólo es comparable a varios sucesos históricos mexicanos, pero es únicamente igualitario al saqueo español durante el periodo de la Colonia, al Tratado Guadalupe-Hidalgo, firmado en 1848 por Antonio López de Santa Anna con las tropas estadounidenses, donde cedió más de la mitad de nuestro territorio (recordemos que 12 años antes, en 1836, Santa Anna reconoció la independencia de Texas a cambio de su propia vida), o al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, promovido por Carlos Salinas de Gortari, en el cual se cedió gran parte de nuestra soberanía económica y alimentaria. Con la Reforma Energética aprobada en fast track por los Senadores, Diputados Federales y Congresos Locales, se ha consumado de facto la entrega a las grandes empresas y corporativos trasnacionales de uno de los grandes recursos naturales  con que contaba México para su desarrollo: el petróleo.

Así, se ha concretado la última de las reformas neoliberales pendientes. México se ha convertido en una economía sujeta al libre albedrío y capricho del mercado (dolorosamente, para nosotros). Bajo el fantasma de la crisis de 1982 (causada por la corrupción y el despilfarro que hubo en los sexenios de Luis Echeverría y José López Portillo, más no por petrolizar la economía), impusieron, establecieron y profundizaron el neoliberalismo en México, entregando todo lo que tenía el Estado, tanto en su aparato productivo como en el estratégico.

Irresponsablemente, el gobierno en turno ha echado en la espalda de los ciudadanos de éste país la gran carga de sostener los compromisos del Estado con impuestos. Dicho de otra forma, al reducirse el 40% de los ingresos petroleros por la entrega de este recurso a los extranjeros, se tiene que sustituir con otro ingreso al menos igual para mantener nóminas, programas sociales, pago de deuda, etc. que ha contraído el gobierno. No es casualidad que en varios estados, y de forma diversa, haya aumento de impuestos directos o indirectos para tapar el boquete financiero que dejará a las finanzas públicas la privatización del petróleo.

Por ejemplo (y más allá de los intentos que hay por evitar que esto suceda), el aumento al precio del boleto del Metro responde a esta necesidad. El pasado viernes, el precio subió de 3 a 5 pesos por viaje. Según lo declarado por José Alfonso Suárez del Real en La Jornada el pasado lunes, el aumento del precio del boleto del metro corresponde a un plan más amplio de fortalecimiento del Metro como empresa pública, que resista cualquier intento de “privatización, semiprivatización o privatización simulada” (sic). Considerando esta premisa como cierta, y considerando también que el aumento al boleto del metro es de 40% en relación a su precio anterior (subió de 3 a 5 pesos), este aumento corresponde y es idéntico al boquete en las finanzas públicas que dejará la privatización del petróleo. Es decir, el Gobierno de la Ciudad de México, para poder mantener al metro como empresa pública, y además para poder garantizar su funcionamiento (como está), necesita ese 40% que ya no le dará la Federación. Eso quiere decir que, muy probablemente, ni Mancera, ni Joel Ortega, ni Dios Padre quizá, podrán cumplir todas las promesas que hicieron sobre el mejoramiento del metro en la Ciudad. Tal vez por eso se utilizó una encuesta amañada para aumentar el precio del boleto del metro, no tanto por ganas de subirlo, sino por la necesidad de hacerlo.

Lo mismo sucede en el caso hidalguense, donde aumentaron el costo del agua en consumo de 0 a 8 litros de 39.98 a 55.57 pesos. En su momento, mencioné en un boletín dirigido a la prensa que este aumento representa un aumento en términos reales de un 39% en la tarifa de agua. Considerando que el promedio base para negociar el aumento en el salario mínimo será de 3.5 a 3.7% aproximadamente para el 2014, este incremento representa en 10 veces al menos el aumento al salario mínimo. Además, considerando el costo actual del salario mínimo vigente en Hidalgo, que es de 61.38 pesos diarios (por encontrarnos en zona geográfica B), este incremento viene a ser equivalente a un día de salario mínimo nominal, cuando antes el costo del servicio de agua era equivalente a medio día de salario mínimo.

En efecto: el aumento al precio de agua es equivalente al boquete de las finanzas por la privatización del petróleo (y al aumento del boleto del metro). Eso explica también la homologación del IVA de la frontera con el resto del país. Y el gravámen de artículos que antes estaban exentos de IVA. Y el aumento en el ISR. Así, hemos pasado de tener una economía basada en el petróleo a una economía basada en los impuestos. Y las políticas actuales es reflejo de ello.

No sé cuánto tiempo se pueda sostener el remedo de Estado Mexicano que tenemos, y la economía. Obviamente, a mayor volumen y monto de impuestos, mayor evasión. Y esa evasión generará una crisis en las finanzas públicas del país que solucionarán con recortes en la nómina del gobierno (despidos), y algunas otras privatizaciones más (como la del IMSS o la del ISSSTE, y muy posiblemente, intentarán privatizar también la UNAM y el IPN). Sin embargo, eso sólo representará un remedio temporal ante la inminencia de una gran crisis económica similar a la existente en Grecia, España, Italia e Irlanda. El desempleo y altos precios de los productos cotidianos (incluyendo, por supuesto, los energéticos, los cuales serán aún más caros de lo que son actualmente) ocasionarán, sin duda, un crecimiento en la inseguridad, en la pobreza y el hambre.

La última reforma ha concluido el remate de nuestros bienes en beneficio de las trasnacionales, y ha terminado de consolidar el neoliberalismo como el sistema económico predominante en México, dirigiéndonos hacia un imperialismo cruel y rapaz, donde nosotros seremos los saqueados (una vez más). Las consecuencias son inevitables (y a quien lo dude, que revise la historia reciente de América Latina, en casos como Venezuela, Argentina y Brasil, antes de los gobiernos progresistas). Sin embargo, esto permitirá dar un giro diametralmente opuesto al camino que actualmente seguimos, creando un nuevo constituyente y las bases para un nuevo Estado Mexicano y un renovado pacto social. Asumamos pues, nuestro papel y tarea en la Historia.

Saludos. Dejen comentarios.

La crisis de la crisis

Hola.

Desde que tengo memoria, siempre he oído de la crisis. Y también, de los remedios para salir de la crisis. No obstante con ello, también he oído a los valientes que aseguran que nos van a sacar de la crisis. Pero la crisis sigue ahí. No se ha ido. Pareciera que llegó para quedarse. Y por si fuera poco, desde hace algunos años comenzó la crisis de la crisis, que amenaza con profundizarse, y que podría traer una crisis aún mayor (por si ésto fuera poco).

Pues aunque parezca un juego de palabras y que quiero confundir al lector, es más claro que el agua lo que menciono. La actual crisis aseguran que comenzó en 2008, con la crisis inmobiliaria en USA. Sin embargo, proviene desde finales de los 70’s y principios de los 80’s, años en que comienzan a aplicarse las doctrinas neoliberales.

Sin embargo, no sólo es la política económica. Es también la élite mundial, la oligarquía que aseguran no existe, pero que está conformada por grandes banqueros, empresas trasnacionales, magnates, medios de comunicación,  monopolios, duopolios, oligopolios, y todo aquello que tiene forma de acumular el capital. Para ésto, tiene a sus títeres (políticos ambiciosos y rapaces), los cuales son utilizados y encumbrados para seguir reproduciendo el sistema, para continuar el mismo régimen de corrupción y privilegios, los cuales están encargados de continuar aplicando la misma política económica, asegurando la sobreviviencia del moribundo modelo económico neoliberal, y perpetuando lo más posible el sistema capitalista, el cual se encuentra en su fase terminal, pero que continúan dándole vida artificial, mediante mecanismos que en algún momento se habrán de acabar.

Así, en los días pasados vivimos la imposición de una contrarreforma laboral que atenta contra los derechos de los trabajadores , los cuales han sido reducidos drásticamente (pago por hora, outsourcing, reducción o eliminación de seguridad social, así como del pago de prestaciones, eliminación de la antigüedad, reducción de salarios caídos por despido injustificado a sólo un año, contrato de prueba, etc.), y que han instaurado una forma moderna de esclavización, pero con una agravante de pauperización del trabajador y de sobrevivencia en la miseria, sin responsabilidad para el patrón.

Recordemos que en el esclavismo (en Roma, particularmente, pero así en otras sociedades) el esclavo vivía bajo la tutela del patrón que, si, lo azotaba y lo trataba mal (ahora el patrón no azota al trabajador, pero igual lo trata mal), pero el patrón tenía la responsabilidad de darle al esclavo casa, vestido y alimentación. En el actual esquema obrero-esclavista, no existe responsabilidad del patrón para mantener al esclavo.

Sin embargo, aunque pareciera que es un fenómeno único en México la contrarreforma laboral, se está aplicando también en otros países. Por ejemplo, en España algunos aspectos que contiene la nueva ley laboral son el impulso a los convenios y los pactos de empresa; limitó a un año la prórroga de los convenios caducados, hasta entonces indefinida; y facilitó los descuelgues salariales para las empresas.

En los días pasados, en Gran Bretaña (cuna del Capitalismo), el político conservador y Ministro de Hacienda George Osborne (descendiente y parte, por cierto, de la vieja aristocracia anglo-irlandesa), hizo un parafraseo de pésimo gusto de Marx, al exclamar ¡Trabajadores del mundo, únanse… y cedan sus derechos! ¡Naciones del mundo, únanse… y cedan su soberanía!. Resulta que éste pillo burgués imperialista está proponiendo una contrarreforma laboral a partir de abril de 2013 que dé a los trabajadores participaciones entre 2,000 y 25,000 libras, a cambio de ceder sus derechos  a la reclamación por despido improcedente, así como olvidarse del finiquito si la empresa quiebra, o a solicitar un horario flexible para ocupar tiempo para entrenamiento.

Así, queda en evidencia que no es realidad única lo que estamos viviendo en México, sino que son realidades simultáneas en diversas partes del mundo. Son políticas dictadas desde Washington, presentadas ante el G-8, avaladas por el G-20, e impuestas (por las buenas o por las malas) a los países del mundo que se dejan vía Fondo Monetario Internacional o Banco Mundial. Y estas políticas son encaminadas para intentar revivir al moribundo monstruo capitalista, eliminando por la vía de la “austeridad” derechos y servicios sociales y públicos, con el único fin de que los beneficiados del sistema puedan seguir obteniendo los mismos márgenes de ganancia sin importarles el sacrificio que hagan los demás.

Eso explica también, en gran medida, las promesas que como agente inmobiliario realiza Enrique Peña Nieto en su gira por Europa para vender el petróleo y que, dicho sea de paso, para ésto fue encumbrado por Televisa y la oligarquía, comprado la elección e impuesto al Pueblo.

La contrarreforma energética que tanto ha anunciado Peña Nieto (y que incluso, desde la misma campaña mencionó en varias ocasiones) busca la privatización no de PEMEX ni de la empresa PEMEX, sino del producto que extrae, industrializa y comercia PEMEX: el petróleo. PEMEX puede y seguirá siendo una empresa mexicana, y con esa trampa venderán (en el mejor de los casos) o regalarán el petróleo a las naciones extranjeras (USA, Canadá, Reino Unido, Francia y España) vía sus empresas trasnacionales: Exxon-Mobil, Shell, Chevron-Texaco, British Petroleum, Repsol, entre otras.

Sin embargo, esa contrarreforma energética es sólo una parte del gran iceberg de éstos países (principalmente, pero no son los únicos) de obtener el mayor botín posible en la obtención de los recursos energéticos, utilizando a políticos inútiles como Peña Nieto que deciden acatar sin chistar la agenda de Washington y al pie de la letra. Sin embargo, para los países opositores, o cuyos intereses no coinciden con los de las grandes potencias, son “liberados del terrible yugo dictatorial antidemocrático de dichos países”(invasiones vía la OTAN, como en el caso Afganistán en 2001, o Irak en 2003), o bien armando guerrillas de mercenarios pagadas desde los grandes centros de poder, y utilizados como pretextos para invadir y “ayudar a la liberación” de dichos países (como Libia en 2011, o próximamente Irán y Siria) ayudados, por supuesto, por las grandes cadenas y consorcios de medios de comunicación privados alrededor del globo (Fox, CNN, Televisa, TV Azteca, Globovisión, Galavisión, Telefé, El Clarín, Grupo PRISA, El País, etc.)

Esa era precisamente la importancia geopolítica de la elección venezolana del pasado domingo 7 de octubre, y su importancia en el futuro de la región: éste ejercicio y el reacomodo en la correlación de fuerzas con respecto a los centros de poder y al dominio de los recursos energéticos del Sur. La victoria de Hugo Chávez permite que ese conjunto de fuerzas que han logrado decidir su propio destino pueda realizar un desarrollo de adentro hacia afuera (y no al revés, como se venía haciendo, o como México lo sigue haciendo).

Así, mientras no exista en México un gobierno que privilegie nuestras prioridades por encima de las de Washington, seguiremos sumidos en la crisis de la crisis, sumiéndonos en ese deterioro social y cultural que cada vez más parece profundizarse, y del que resultará más difícil salir. De ésta forma, apreciamos la crisis en la política, en la economía, en la sociedad, en la cultura, en los medios de comunicación, en la televisión, en la programación de la propia televisión… ¡hasta en el futbol! existe una crisis, un deterioro, una mediocridad y, a la vez, una superficialidad que son transmitidas, y que cada vez más son interiorizadas en el mexicano como algo natural y espontáneo.

Finalmente, mientras la oligarquía y los beneficiados del régimen mantengan apacientadas a los borregos, podrán seguir beneficiándose y obteniendo los privilegios de los que jamás habrán de saciarse. Finalmente, citando a George Orwell, en nuestra democracia tiránica “todos los animales son iguales, pero hay unos animales más iguales que otros”.

Saludos. Dejen comentarios.

Globalización, Neoliberalismo y el Crack Financiero de 2008

Ensayo crítico-analítico que muestra las principales causas del desastre (o crack) financiero de 2009, analizando las “soluciones” que se han dado al momento, demostrando que no sólo se quiere rescatar el modelo neoliberal, sino corregirlo para consolidarlo con mayor agresividad en el futuro.